Por qué no usar bañador en la sauna

Por qué no debe llevar bañador en la sauna

Aunque al principio pueda parecerle raro, si no está acostumbrado, la cultura tradicional de la sauna anima a entrar sin bañador. No se trata de desnudarse, sino de higiene, seguridad e intercambio de calor adecuado. Llevar tejidos sintéticos a altas temperaturas puede ser perjudicial para el cuerpo y para el entorno de la sauna.

1. Salud e higiene

Los bañadores suelen ser de nailon, poliéster o elastano, todos ellos materiales sintéticos que atrapan el sudor, obstruyen los poros y pueden liberar microtoxinas cuando se calientan. Una toalla de algodón limpia permite que su piel respire libremente y mantiene los bancos higiénicos. En Emerald Spa, la ropa es opcional en la sauna (y en otras zonas). Si desea cubrirse, lo mejor es utilizar una fina envoltura de algodón y sentarse sobre una toalla limpia (podemos proporcionarle todo lo que necesite). Y no se preocupe tampoco por el aroma del sudor: todas nuestras sesiones de sauna incluyen aceites esenciales de aromaterapia de primera calidad en el vapor/agua que se echa en las piedras calientes de la sauna, lo que garantiza un entorno maravilloso, inspirador y relajante.

2. Transferencia de calor efectiva

El calor de la sauna funciona mejor cuando entra en contacto directo con la piel, favoreciendo una sudoración uniforme y la desintoxicación. Un bañador impide este proceso y puede provocar un calentamiento desigual, haciendo que la sesión sea menos eficaz. La investigación científica confirma los beneficios para la salud de airear todo el cuerpo y dejar que el cuerpo sude.

3. Respeto cultural y comodidad

En países como Finlandia, Alemania y Polonia, las saunas sin textiles son normales y no sexuales. Se utilizan toallas para sentarse por higiene y pudor. Este enfoque natural fomenta la igualdad y la comodidad, desviando la atención de la apariencia y devolviéndola al bienestar.

En Emerald Spa, se invita a los huéspedes a adoptar el auténtico protocolo de la sauna: envueltos en una toalla o desnudos, relajados y libres para experimentar todo el poder purificador del calor.

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